En nuestro país siempre se ha disfrutado del buen comer, cada episodio de nuestra historia se escribe con sabores de ingredientes puros, bien trabajados e inmensamente variados. Parte de esa importante historia de sabores se escribe en las sandwicherías tradicionales chilenas, negocios del barrio donde la gente es atendida con amabilidad y donde conversar codo en barra es casi una institución.